domingo, 16 de marzo de 2014

ACOMPAÑAMIENTO EN EL DUELO POR PÉRDIDAS GESTACIONALES

La  ciencia nos dice que las primeras semanas  del embarazo no hay bebe aún en el vientre, tan solo un embrión... un “grupo de células”... Pero las mujeres sentimos que en nuestro interior empieza una nueva vida, y desde el primer dia del resultado positivo en el test de embarazo, comenzamos a pensar com  madres en ese hij@ que empieza a gestarse .




Es importante, en cualquier tipo de pérdida, que se haga el duelo: es la única manera que la herida producida por el dolor vaya cicatrizando y así poder continuar mirando hacia delante.


En nuestra sociedad pacere que toda pérdida debe "superarse" lo más rápidamente posible para poder continuar con "nuestra vida".  En el caso de embarazos que quedan interrumpidos en las primeras semanas o incluso días (en fecundaciones "in vitro"), por pérdida espontánea o mediante legrados, es como si la mujer casi no hubiese estado embarazada… ¡nada más lejos de la realidad!… y claro, con la pérdida aparecen sentimientos contradictorios, y el duelo es imprescindible para escucharlos, sentirlos y poder expresarlos libremente, sin sentirnos juzgadas. Sólo atravesando el dolor podemos sanarlo y, ..."seguir con nuestra vida"

Si necesitas compartirlo puedes contar conmigo.          Pilar Centelles Mas
                                                                                     Tel. 696 449 454
                                                                                    pilarcent@gmail.com

martes, 11 de marzo de 2014

Re-Construyendo mi femenino.

Cada vez me quiero más, como mujer, y valoro más las cualidades femeninas. Me suena rarísimo decir eso, siendo mujer… pero es lo que siento.
Desde mi adolescencia recuerdo tener que demostrar que era igual que los chicos: igual de fuerte, igual de libre en cuanto a expresión, forma de hablar, vestir,… y me equivoqué, no en el hecho de la igualdad, sólo en la forma de conseguirlo. En lugar de fuerza, conseguí dureza, i en lugar de libertad de expresión al cabo del tiempo me di cuenta que mi comportamiento en general era de rebote. para "igualarme" más a los chicos empecé a vestir con vaqueros, camisetas y zapatillas, y en el grupo del patio de la escuela éramos 8 o 9  chicos y 2 chicas. Llegué al extremo de criticar la forma de actuar de mis compañeras de clase por ser tan… femeninas… ¿?  Visto desde el presente fue como si quisiera mimetizarme con los chicos para no sentirme distinta, para sentirme una "igual".
Cuando llegué al mundo laboral, continuaba perfeccionando ese "demostrar" y llegué a ser una buena profesional: seguía las reglas marcadas por los estamentos oficiales, las reglas sociales de comportamiento,… pero al cabo de los años caí en la cuenta que me faltaba algo; que había algo en mí que no entendía y que no sabia qué era… algo que escapaba a mis razonamientos tan "profesionales". Por mucho que intenté ser igual a los hombres siempre sentí que no elegí el camino correcto porque no estaba bien conmigo misma. ¡No sabía ser mujer y sentirme igual a un hombre! De alguna forma ese querer demostrar me devolvía una imagen de mí misma de inseguridad (como mujer y persona, claro).
Empecé a buscar, con distintos terapeutas y terapias exploré en mi interior, mis sentimientos, mis deseos,…   aprendí a enfrentar mis temores y a expresar mi rabia, y supe qué era aquello que no entendía, que había arrinconado mi feminidad por el camino y con ello mi confianza y mi fortaleza… pero estaba decidida a reencontrarme con ella.
Un libro me despertó la curiosidad en la exploración de lo femenino: "Mujeres que corren con los lobos", de Clarissa Pinkola, quizás muchas lo conozcáis. Ese libro es un tesoro. Fue en un círculo de mujeres, un fin de semana y trabajando un cuento de ese libro, cuando me di cuenta de todo eso que he compartido aquí y del trabajo que me quedaba por recorrer… Me sentí tan extraña rodeada sólo de mujeres...
La igualdad entre hombres y mujeres es necesaria, y creo que es una cuestión de respeto mutuo. Empecemos a construirnos como mujeres respetuosas con nuestras necesidades y anhelos y así llegará el respeto del y hacia el hombre.

Gracias a todas las mujeres: las madres, luchadoras en casa; a las luchadoras desde el trabajo fuera de sus casas; a las reivindicativas, que están en las manifestaciones; las que ayudan en la confección de leyes más respetuosas, las terapeutas que dan apoyo,… a ¡TODAS!

martes, 4 de marzo de 2014

Mi trabajo con elixires florales y minerales. Las tríadas.

Una de mis pasiones son las tríadas con elixires florales. Desde hace años, trabajo con ayuda de las plantas. Primero desde la farmacia, con las plantas medicinales, la fitoterapia, luego empecé a utilizar las flores de Bach hasta que, actualmente, estoy trabajando con 7 juegos distintos de remedios florales, y elixires minerales… incluso algunos de fabricación propia.
El desafío, cuando utilizas tantos sistemas florales, es saber cual de ellos será el más adecuado en cada caso y elegir el mínimo número posible. Por lo menos eso es lo que yo creo.
El sistema de la tríada lo aprendí hace unos años, con Pedro Clemente, creador de varios sistemas con los que trabajo (Flores del Mediterráneo, Esencias Áureas, y filtros resonadores). Con él además aprendí a trabajar con el péndulo.
Lo que más me fascinó en ese momento fue que cada 3 elixires elegidos cómo tríada, funcionaban como si fueran uno solo. Ese descubrimiento me pareció genial. Me explicaré.


Una tríada és la metáfora del triángulo de la Creación. 

En la religión católica, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo son UNO.

En la tradición celta 
la tríada es el símbolo de la sanación, de la salud; 

y la salud, qué es sino un símbolo de integridad, 
del UNO.
Desde esta perspectiva, las energías de los tres remedios se entrelazan de tal forma que trabajan como una sola y esto permite añadir algún otro remedio, si es necesario, sin crear disarmonías energéticas ni sobrecargas en la preparación del remedio. 
En segundo lugar me entusiasmó cómo una tríada ayuda a ver el conflicto y la solución, al mismo tiempo. Muy interesante para la persona, pues a veces es muy difícil llegar a la raíz del conflicto. 
Explicaré esto un poco más: cada vértice del triángulo es depositario de un tipo de energía y según el elixir elegido para cada uno, podemos tener distintas pistas a cerca de lo que está pasando, de lo que estamos viviendo y cómo. Los tres vértices del triángulo corresponden con los centros energéticos del: corazón (C4), estómago (C3) y garganta (C5).  C4 nos informa sobre el núcleo del conflicto, la raíz del problema (y también la solución, pues son la dos caras de la misma moneda), C3 sobre cómo estamos "digiriendo la situación, cómo la llevamos  y C5 habla sobre cómo manifestamos ese conflicto, como lo exteriorizamos y plasmamos en nuestra vida (pensamientos, palabras, acciones, relaciones,…). Cada elixir, situado en el vértice que corresponde, nos dará mucha información con la que poder avanzar en el proceso de cambio de la persona.
Os preguntaréis cómo elegir cada elixir. Yo aprendí a manejar el péndulo, pero también pueden utilizarse otras técnicas como la kinesología, por ejemplo. A mi entender es importante usar el intelecto lo mínimo posible para elegir los remedios. Cuando digo intelecto me refiero a lo que yo "ya se", lo que he estudiado, porque nuestra percepción particular sobre el tema podría interferir en el proceso de comprensión de la otra persona sobre SU tema.