Una noche, mientras estaba escribiendo una, sentí una vocecita interior que me decía: - "son suspiros del alma", ¡uah! ¡Cuantas veces el alma nos susurra ideas y no hacemos caso! Esta fue mi primera reacción: - "qué tonterías se me ocurren", me dije. Pero como actualmente ya soy consciente de muchas de mis conversaciones mentales, paré y me contesté: - "nada de tonterías". Decidí que aquel sería el nombre de mis tarjetas y empecé a numerarlas.
Hasta que un día mi marido me animó a que imprimiera las tarjetas como un juego de cartas y que lo pusiera a la venta: él había leído algunas y le reconfortaban ¿por qué no iban a poder gustar e inspirar a otras personas?
Así que me convenció, y estas Navidades ya tenía 100 juegos de "Sospirs de l' ànima". ¡Uf! Cuando regalé los primeros fue muy especial: tuve la sensación de compartir algo muy profundo.
Desde luego, COMPARTIR es poderoso: refuerza y nutre a la vez, y a las dos partes, la que da y la que recibe.
Tal como dice el libro Un Curso de Milagros, …"dar y recibir son lo mismo"…
Foto regalo de Casa Niña, de la primera vez que disfrutaron de las cartas
en un círculo de mujeres. ¡Gracias Arianna!