jueves, 19 de febrero de 2015

APRENDER A MEDITAR...


Seguro que muchos estáis pensando "ya sé meditar, lo difícil es conseguir hacer de ello un hábito". A mí también me pasaba lo mismo y aún no puedo decir que la meditación sea un hábito en mi vida, aunque estoy mucho más cerca de conseguir que lo sea. ¿El secreto? No dejar de intentarlo para que sea una realidad. A veces conseguía meditar cada día, durante 15 días seguidos, o 1 mes, todo un éxito para mí. Aprendí distintas formas de meditar: meditaciones guiadas, observar la respiración, mirar fijamente un punto, mirar la llama de una vela,… También practiqué actividades de forma meditativa como cuidar el jardín, lavar los platos,… fue una época en la que no conseguía encontrar un tiempo para parar 100% y empecé a hacer las cosas poniendo toda mi atención en ellas.
Después llegó el libro de "Un Curso de Milagros" y supuso también un punto de inflexión importante porque el libro de ejercicios que contiene te obliga a meditar (a su manera) cada día, y ahí me di cuenta que no hace falta mucho tiempo para hacerlo, si uno quiere. Así que conseguí acabar los ejercicios y empecé a vivir mi día a día encontrando momentos para esa interiorización, para ese "mirarse por dentro y sentirse". Lo que más agradezco de ese tiempo es que aprendí a parar, en cualquier circunstancia, y respirar conscientemente. Esto sí que se ha convertido en un hábito para mí.
Llegó la maternidad y aprendí a meditar mediante la contemplación de ese diminuto ser humano que tenía en mi regazo tantas horas, miraba a mi niña y observaba todo su cuerpo y sus movimientos y escuchaba todos sus sonidos… era la única forma que encontré, integrando lo que estaba viviendo en ese momento (ser mamá) y lo que yo quería (meditar).
Ahora, después de la crianza de Mar, empiezo a recuperar esos ratitos para escuchar mi silencio (o ruido) interior. Sola.
Después de años intentando he descubierto que lo más fácil es poner la voluntad, observar cual es el momento y dejar que surja el deseo profundo. Cuando lo sientas, "siéntate y medita", no lo dejes escapar. Quiero decir con esto que hay veces que nos obligamos a meditar y eso nos pone "a la contra" y no encontramos el momento y,… y,… y
Basta de enfados con uno mismo y un poco más de amabilidad… es lo que me ha llevado a donde estoy.
Este año 2015 me propuse, junto con el grupo de UCDM que nos reunimos semanalmente, hacer de la meditación un hábito diario, pero desde el placer de hacerlo, no desde la obligación de conseguirlo.
¿Estás en ello?
¿quieres compartirlo?

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